La visualización arquitectónica es una rama de la profesión que poco a poco ha ido evolucionando para mostrar más allá que solo una imagen final de los proyectos presentados. A lo largo de los años y con las nuevas herramientas que se ponen al alcance de la tecnología, resulta cada vez más interesante explorar las distintas vertientes que hablan no solo del lenguaje de un autor, sino de los procesos propios de una oficina. En ArchDaily, la visualización arquitectónica ha sido un tema que hemos explorado a través de distintos artículos que develan distintas formas de trabajar pero sobre todo de comunicarnos.
Es cierto que existe una extensa variedad de autores y autoras que han adoptado distintas formas de visualización como un lenguaje propio. Sin embargo, en esta ocasión te queremos presentar el trabajo del arquitecto mexicano Alan Rojas quien trabaja para el Taller Héctor Barroso. Gracias a su experiencia colaborado en despachos de urbanismo e interiorismo, pero sobre todo gracias a una profunda curiosidad y cuidado por el detalle, ha desarrollado un método de trabajo que le permite utilizar estas imágenes como una herramienta de diseño que abre el ojo a detalles que se escapan en los planos o en las maquetas. Sigue leyendo para conocer la entrevista completa.
Mónica Arellano: Me gustaría que me contaras primero, ¿cómo empezó todo? ¿por qué decidiste estudiar arquitectura?
Alan Rojas: Nací en Minatitlán, Veracruz. Soy hijo de padre ingeniero mecánico y madre ama de casa, mi hermano mayor es arquitecto y por mucho tiempo yo creí que me iba a dedicar a la medicina pero tiempo antes de entrar a la universidad supe que no era para mí. Durante la preparatoria escogí mi área y finalmente me encaminé hacia esta profesión. En un principio pensé que estudiaría mi licenciatura en la Universidad Veracruzana pero gracias a un amigo me animé a viajar a la Ciudad de México y hacer mi examen para la UNAM y para el IPN, me quedé en las dos pero finalmente decidí por estudiar en la ESIA Tecamachalco del IPN. Desde entonces vivo en esta ciudad y me encanta.
Mónica Arellano: ¿Cómo fue tu formación como estudiante de arquitectura en esta universidad?
Alan Rojas: La verdad es que el IPN sí se enfoca mucho en la ingeniería porque te gradúas como Ingeniero Arquitecto, pero depende de tus búsquedas e inquietudes personales hacia donde diriges tu aprendizaje. Yo siempre me he inclinado hacia el diseño entonces ponía especial atención en las materias que se enfocaban en composición arquitectónica, representación gráfica, etc.
Mónica Arellano: ¿Cómo fue que diste el salto de la academia a la vida profesional?
Alan Rojas: En realidad todo fue muy orgánico, hice mis prácticas profesionales en un despacho que se enfocaba al urbanismo. Diseñaba y dibujaba espacios públicos como glorietas, parques infantiles, camellones, pórticos de acceso. Aprendí mucho ahí, incluso a modelar en 3D. Después se me presentó una oportunidad de hacer obra civil en Tampico entonces me fui un año a trabajar en la Refinería Madero. Cuando volví encontré trabajo en un despacho de interiorismo en donde estuve tres años y aprendí muchísimo sobre crear estas escenas que ahora hago en las visualizaciones, todo iba desde escoger cada mueble, cada libro, cada flor, cada alfombra, cada lámpara hasta conjugar las carpinterías del espacio.
Mónica Arellano: ¿Cómo fue que te plantaste en este lado de la visualización de la arquitectura?
Alan Rojas: Hace poco descubrí que tengo un grado de dislexia, me cuesta mucho trabajo entender el lenguaje escrito. Quizá por eso siempre he sido muy visual, trato de interpretar las imágenes y tener un ojo muy agudo para ver los detalles de las mismas. Luego de esos tres años de trabajar en el despacho de interiorismo yo ya quería hacer diseño arquitectónico pero de una forma más amplia y fue cuando entré a trabajar con Héctor Barroso. Fue aquí cuando empecé a explorar finalmente el tema de las visualizaciones como una herramienta de diseño.
Ha sido un camino complejo porque al principio no hablábamos el mismo lenguaje entre todos los que trabajábamos en el proceso. Nos fue complicado encontrar un lenguaje gráfico que hablara de los intereses de la oficina como tal pero finalmente lo logramos.
Mónica Arellano: Me resulta curioso que estés tan involucrado en el diseño y en las visualizaciones del despacho porque pasa muy seguido que las oficinas de arquitectura contratan a una persona externa para realizar los renders, pero en este caso no, más bien se entiende como una herramienta de diseño que devela cosas que no se pueden ver en las maquetas, o en los planos.
Alan Rojas: Claro y es lo que más me gusta, casi ninguna de las imágenes sale a la primera porque siempre vemos detalles que nos dan pistas para hacer un mejor diseño. Además de que podemos jugar con la luz, la sombra, el material y sus texturas. Para mí los modelos 3D han sido como mi lápiz y mi papel, aunque es mucho más rápido y de abre la mirada a otras posibilidades. Creo que esta forma de trabajar ha complementado muy bien el taller y lo ha llevado un paso más adelante porque los resultados dictan que efectivamente es un trabajo hecho con mucho detalle desde su concepción.
Poco a poco el proceso empezó a ser más estructurado y no me refiero a un proceso rígido o muy técnico, sino que por mi parte empecé a llevar un orden con carpetas de Photoshop y ya sabía exactamente qué información sacar de cada modelo para editarlo. Empecé a formar una biblioteca y poco a poco, el taller adquirió una identidad de imagen porque se trata de traducir el trabajo de toda la oficina en una pequeña ventana.
Mónica Arellano: ¿Cómo definirías este tipo de visualización que haces? Me da la impresión que es una mezcla de varias cosas pero no es hiperrealista, no es collage…
Alan Rojas: Yo pienso que es un intermedio entre la ilustración pictórica y el hiperrealismo porque sí trato de alcanzar un nivel de detalle importante pero no busca imitar una realidad, se entiende que sí hay alguien detrás tratando de contarte una historia, o de crear una atmósfera. Porque como decías en alguno de tus textos, la arquitectura también se escribe y yo le agregaría aquí: la arquitectura también se ilustra.
Mónica Arellano: Sé que tu trabajo no solo se queda en la arquitectura, sino que también has colaborado con Nike para crear imágenes que formaron parte de la publicidad de una de sus colecciones, ¿cómo fue que pasó esto?
Alan Rojas: Este camino y reconocimiento de mi trabajo me ha llevado a conocer a algunas personas que quizá no tienen nada que ver con el gremio pero que se conectan con este lenguaje visual, así fue que conocí a David, de Máscaras de Alambre. Un día viendo su instagram se me ocurrió la idea de una ilustración que me obsesionó en donde conjugaba imágenes y se lo presenté, le encantó y como él ya trabajaba con Nike, después me llamaron para hacer la propuesta publicitaria de la colección. Para esto querían ver mi trabajo y lo que hice fue tomar las imágenes que ya tenía de mis procesos en el despacho y les quité los objetos arquitectónicos, dejando solo las escenas, los paisajes y la vegetación.
Mónica Arellano: Me parece super poderoso que una escena hecha propiamente para mostrar un objeto arquitectónico, se sostenga por sí sola aun cuando se quita el mismo.
Alan Rojas: Sí y justo creo que tiene que ver con lo que aprendí cuando trabajé en el despacho de urbanismo o en el despacho de interiores, porque esto por sí solo crea una escena sin necesidad de poner un edificio. Pienso que este momento en el que trabajé para otra cosa que no tiene que ver con arquitectura, tiene que ver con mi capacidad y mi gusto de comunicar a través de las imágenes, me gusta evocar sensaciones, que mi trabajo tenga una intención.
Mónica Arellano: Recientemente pudimos ver que “El Croquis” le dedicó un número al taller para recopilar toda la trayectoria, sé que estuviste muy involucrado en el proceso de edición ¿qué significó para ti ver tus ilustraciones en una publicación de esta talla?
Alan Rojas: Ha sido una experiencia increíble para todo el taller. Personalmente me hace reflexionar en todo lo que he tenido que aprender y transitar para estar hoy aquí, me da mucha satisfacción. Todo el proceso fue muy rico porque aprendimos mucho sobre lo que se necesita para hacer una publicación impresa, las imágenes, las fotografías y los planos deben tener cierto lenguaje. Se actualizaron algunos proyectos de hace años y se hicieron algunos retoques en las visualizaciones, ver el trabajo que hice antes con el que hago ahora me motivó muchísimo. Ver estas temporalidades en mi trabajo me hace pensar en ¿qué es lo que sigue? Siento que esta publicación cerró una etapa en nuestro trabajo.
Mónica Arellano: ¿Qué consejo le darías a los estudiantes de arquitectura?
Alan Rojas: Me impresiona la prontitud de las nuevas generaciones, me sorprende mucho el querer llegar pronto y de querer conseguir todo de forma muy inmediata. Me gustaría decirles que todo toma tiempo, hay que ser pacientes, hay que confiar en la experiencia y esa experiencia solo se adquiere trabajando en nosotros mismos. Siempre habrá una manera de pulir nuestro trabajo, de ser mejores. Sean constantes. A mí me tomo años entender el lenguaje de una oficina para traducirlo en una sola imagen, pero valió la pena.
Mónica Arellano: ¿Hacia dónde crees que va el futuro de la visualización arquitectónica?
Alan Rojas: Siento que la visualización arquitectónica cada vez se inclina más a hacia una narrativa que mueva y conmueva a quien la mire y que sobre todo sirva como una herramienta, no como un producto final. Me gustaría que nos inclináramos más hacia ofrecer una mirada que parta de la experiencia de ser y habitar el mundo, no solo en mostrar un gran edificio, eso se guarda en la memoria porque conecta desde la empatía y no desde el espectáculo visual.
Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: El futuro de la visualización en arquitectura. Presentado con orgullo por Enscape, el complemento de renderizado en tiempo real y realidad virtual más intuitivo para Revit, SketchUp, Rhino, Archicad y Vectorworks. Enscape se conecta directamente a su software de modelado y ofrece visualización y flujo de trabajo integrados.